sábado, 12 de julio de 2014

ENCUENTRO DEL VIENTO

Una noche encontré al viento. El viento era fresco, tierno, lacerante, desconocido, fascinante. No sabía yo, de Huracanes o ciclones, solo de brisas y de Suaves remolinos, así que cual cometa me lance  para volar suspendida entre sus  brazos. Él era viento suave y prometedor, y yo, yo tan solo quería volar.  Así abrazados vueltos una sola piel despegamos, en medio de una aventura extraordinaria que nos llevó unidos a transformar nubes en lloviznas, lloviznas en aguaceros refrescantes, animados arcoíris, oleajes impenitentes en las costas de mares y océanos lejanos. Y así viento y yo nos fuimos amando por el mundo, compartiendo un amor eterno, extraordinario, un amor, que nunca, nunca he olvidado.